
En su homilía del Viernes Santo, el arzobispo de Medellín, Ricardo Tobón Restrepo, expresó su preocupación por el hecho que en Colombia la tasa de natalidad haya disminuido significativamente. Y es que, según datos del DANE, se estima que entre 2020 y 2024 nacieron 841 mil niños menos de lo pronosticado. Ante esta situación, el prelado expresó: “No podemos aceptar que las familias y los mismos jóvenes se cierren a invitar nuevos seres humanos al banquete de la vida”.
De acuerdo con ANIF, diversas razones explican este comportamiento. Por un lado, el aumento significativo en el costo de vida ha hecho que las personas reconsideren la decisión de tener hijos. Dicho aumento está asociado tanto al costo de vida general como a los costos relacionados con la crianza de los hijos, especialmente en temas como la educación. Por otro lado, las mujeres cada vez acceden a mayores niveles de educación y participan más activamente en el mercado laboral, lo que limita el tiempo disponible para la crianza y, por tanto, influye en la decisión sobre la maternidad.
Frente a este reto, monseñor Tobón señaló: “Se requiere con urgencia un pacto social, para que la mujer no tenga que escoger entre trabajar o ser madre”. Así mismo, enfatizó que una sociedad entra en decadencia y la tristeza cuando se encierra con sus mascotas y sus entretenimientos en el egoísmo.
Desde el punto de vista económico, ANIF también ha alertado sobre las consecuencias de una población que envejece sin ser reemplazada por nuevas generaciones. La disminución de la fuerza laboral impacta directamente los niveles de producción y puede poner en riesgo la sostenibilidad del sistema pensional. “Si el ahorro de la población joven no supera el desahorro de los mayores, la inversión en capital se reduce, afectando el crecimiento económico del país”, señala la entidad.
Para concluir su mensaje, el arzobispo insistió en la necesidad de recuperar el valor de cada nueva vida, como un signo de esperanza y continuidad:“Es necesario que despertemos y volvamos a ver en el milagro de cada vida que llega, la alegría original que Dios tuvo al crear al ser humano”.