
Tras una larga espera, una de las movidas más esperadas del mercado de licores en Colombia se concretó: el Aguardiente Amarillo de Manzanares, producto estrella de la Industria Licorera de Caldas (ILC), recibió luz verde para ser distribuido y comercializado en Antioquia, el mayor mercado aguardientero del país.
La Gobernación de Antioquia otorgó la autorización a la ILC por un periodo inicial de diez años, permitiéndole entrar de manera formal a un territorio dominado históricamente por el Aguardiente Antioqueño, producido por la FLA.
Para Diego Angelillis Quiceno, gerente general de la ILC, se trata de un momento crucial. “Es la noticia más importante para nuestra empresa en los últimos años y trascendental para su futuro y sostenibilidad, ya que se abren las fronteras para competir en el mercado más grande de aguardiente del país, con ventas anuales de entre 28 y 30 millones de unidades”, expresó.
Un sol que nace en Manizales
La llegada del Amarillo coincide con la temporada de verano. No es casualidad: la ILC entra a competir “haciendo fuego con el sol”, apostando a la frescura, sabor e innovación de una marca que poco a poco viene conquistando paladares en todo el país.
En 2024, la empresa alcanzó ventas por cerca de 13 millones de botellas de Aguardiente Amarillo de Manzanares. Esta cifra podría dispararse con la apertura del mercado antioqueño, considerado estratégico no solo por su volumen, sino también por su relevancia simbólica.
Aunque el líder en aguardiente sigue siendo la FLA, la ILC ha consolidado su reinado en otro frente, con su Ron Viejo de Caldas que cerró 2024 con ventas por 7 millones de unidades, y lo más significativo es que parte de esas ganancias se traducen en recursos para salud y educación en Antioquia, gracias a transferencias por más de $122 mil millones a través del impuesto al consumo. “Invitamos a los antioqueños a que se dejen seducir por el sabor y calidad de nuestro Aguardiente Amarillo de Manzanares y por la tradición del Aguardiente Cristal. Cada botella que se consume también es un aporte a la inversión social de su departamento”, añadió Angelillis Quiceno.
Se enciende la competencia
La batalla por el paladar paisa será estratégica. La FLA tiene una ventaja histórica, una lealtad ganada en décadas y una maquinaria publicitaria consolidada en medios masivos. En contraste, la ILC apuesta por tácticas más innovadores : medios locales e independientes, activaciones en barrios, alianzas con legitimadores de marca y una lectura precisa del consumo en nichos.
Angelillis Quiceno, enfatizó que no se tiene una cifra exacta de las ventas, pero se cuenta con la capacidad instalada desde la planta en Manizales, la disponibilidad de producto , el compromiso del talento humano y el apoyo del distribuidor Commerk para responder a este reto.
En el horizonte, otros departamentos podrían seguir los pasos de Antioquia y abrir también sus mercados, lo que marcaría una nueva etapa para el aguardiente caldense. Por ahora, el verano será el escenario ideal que generará oportunidades de negocio para ambas licoreras.
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