
«Ya no se trata de eliminar la incertidumbre, sino de saber convivir con ella», resume Daniel Velandia, economista jefe de Credicorp Capital, al hablar del entorno económico colombiano. El experto quien fue invitado a Medellín a la plenaria del Comité Universidad Empresa Estado (CUEE), reconoce que aún hay preocupación en sectores clave como minería, energía y salud, afectadas por propuestas regulatorias que han frenado decisiones de inversión. Sin embargo, afirma que los empresarios ya han aprendido a adaptarse.
Aunque el contexto internacional añade tensión —con disputas arancelarias entre Estados Unidos, Europa y Asia—, Velandia ve oportunidades para Colombia en su rol como potencial socio comercial alternativo. “Países como Vietnam, Indonesia e India están creciendo rápidamente. Colombia, por su ubicación estratégica, puede insertarse mejor en esos mercados”, señala.
La recuperación del consumo interno, impulsada por menor inflación y reducción de tasas de interés, es otro factor que ha sostenido la economía. «Hoy el país funciona, incluso si la inversión privada aún está rezagada», advierte Velandia.
¿De dónde sale el dinero que está moviendo la economía?
La sorpresa del momento es que el crecimiento del consumo no proviene del crédito, como tradicionalmente se esperaría. «Esto ha llevado incluso al Banco de la República a estudiar nuevas dinámicas del gasto de los hogares», indica Velandia.
Dos fuentes explican este fenómeno: remesas históricas y empleos digitales globales. Solo en 2023, Colombia recibió casi US$14.000 millones en remesas, equivalentes a cerca del 3% del PIB, frente al 2% de hace apenas siete años. La mayoría de estos recursos provienen de Estados Unidos y Europa, lo que, sumado a un dólar alto, se traduce en mayor capacidad de compra para millones de familias.
Además, el auge del trabajo remoto ha abierto nuevas vías de ingreso. “Las personas —incluso técnicas— que saben mucho de computación y programación, que muchas empresas del país con un gran esfuerzo pueden pagarles entre dos y tres salarios mínimos, los buscan desde afuera, los contratan y les pagan US$2.000 dólares, que para ellos es nada y para nosotros es mucho. Y eso es dinero que seguramente entra a la economía, pero no lo estamos midiendo bien.”, agrega el experto.
Proyecciones 2024 y el consenso político que vendrá
Para este año, Credicorp Capital proyecta un crecimiento de 2,3%, impulsado principalmente por el consumo. Sin embargo, Velandia mantiene una visión cauta ante la caída reciente del precio del petróleo —de US$80 a US$65— y los ruidos regulatorios que desincentivan la inversión. “Todo este tema de la Consulta Popular que se quiere plantear- más allá de las discusiones legales- impiden que se tomen decisiones de inversión”, puntualiza.
Velandia proyecta que hacia 2026, el PIB se acelere cerca de un 2,7%, siempre que se disipen las tensiones internas y externas. La inflación, , podría cerrar el año en 4,8%, y llegar a 3,5% en 2026, lo cual abriría espacio para que el Banco de la República baje la tasa de interés del actual 9,25% a niveles de 7%.
Frente al panorama electoral, Velandia es optimista. Puntualiza que hoy los empresarios no le temen tanto a si el próximo presidente es de derecha, centro o izquierda, ya que quien asuma el liderazgo del país tendrá que acercarse a los empresarios y banqueros para buscar soluciones articuladamente ante la coyuntura económica. “Lo que se percibe es que probablemente debamos llegar a acuerdos a nivel nacional que permitan solucionar los problemas”, concluye.
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