En un fallo histórico, la Corte Constitucional determinó que los licores producidos en Colombia podrán comercializarse sin restricciones departamentales. Hasta ahora, las gobernaciones y asambleas imponían barreras que limitaban la distribución de aguardientes fuera de sus regiones de origen. Sin embargo, con esta decisión, las empresas de licores departamentales deberán competir en igualdad de condiciones y los consumidores tendrán la libertad de elegir qué licor desean comprar, sin imposiciones locales.
El gobernador de Caldas, Henry Gutiérrez Ángel, durante la rendición de cuentas de la Industria Licorera de Caldas (ILC), afirmó: “El mundo es una aldea. No es lógico que una persona en Bogotá, Medellín o Cali consiga whisky, ron y tequila, pero no nuestro Aguardiente Amarillo. Uno tendría el derecho, en cualquier parte del país, a tomarse responsablemente un excelente licor a un costo muy asequible, y no el licor que el gobernador diga y quiera que uno tome”, añadió.
Con este fallo, la ILC podrá vender sin restricciones su Aguardiente Cristal y el Aguardiente Amarillo de Manzanares en los 32 departamentos del país. La decisión es especialmente relevante en territorios como Antioquia, Cundinamarca (incluyendo Bogotá, D.C.), Valle del Cauca, Boyacá, Cauca, Nariño, Huila, Chocó, Caquetá y Putumayo, donde las limitaciones impuestas por las administraciones locales impedían la comercialización de estos productos.
Impacto económico y crecimiento del Aguardiente Amarillo
Para los departamentos, la apertura del mercado de licores también representa un beneficio económico. Entre enero y noviembre de 2024, la ILC transfirió a los departamentos de Colombia vía impuesto al consumo más de $515.388 millones , recursos que se destinan a salud y educación en las regiones.
Además, el Aguardiente Amarillo de Manzanares ha experimentado un crecimiento en el último año sin precedentes. Diego Angelillis Quiceno, gerente de la ILC, destacó su éxito: “El Aguardiente Amarillo de Manzanares, se ha convertido en el suceso más importante en el mundo de los licores destilados en los últimos 20 años en Colombia”. En 2023 se vendieron cerca de seis millones de botellas, mientras que en 2024, con corte a noviembre, la cifra había alcanzado casi los 11 millones. La proyección de la licorera departamental es que al consolidar diciembre la cifra haya superado las 12 millones de botellas vendidas.
Una nueva era para la industria licorera
Desde la ILC consideran que este fallo marcará un antes y un después en la industria del aguardiente en Colombia. Con la libre competencia, las licoreras deberán apostar por la innovación y el desarrollo para atraer a los consumidores. Asimismo, se impulsará la mejora en procesos de producción y comercialización, fortaleciendo el sector tanto en el mercado nacional como en el internacional.
Esta decisión no solo beneficia a los productores y consumidores, sino que también abre la puerta a un escenario más dinámico y competitivo para la industria licorera del país.